Alba de Tormes

Preciosa localidad de la provincia de Salamanca, situada junto al río que le da nombre.

Es un munipio bastante histórico, y quizás por lo que más se le conoce es porque allí es donde pasó sus últimos días Santa Teresa de Jesús, y (dicen que) allí es donde se conserva su «cuerpo incorrupto», aunque por supuesto no se puede ver.

Alba de Tormes cuenta con multitud de puntos de interés turísticos, en su mayor parte relaciones con el mundo religiosos:

• Convento de la Anunciación, donde se encuentra el sepulcro de Santa Teresa de Jesús.
• Basílica de Santa Teresa (S. XIX). Templo inacabado de estilo neogótico. Actualmente el templo se encuentra en una nueva fase de construcción.
• Castillo de los Duques de Alba: construido entre los siglos XV y XVI, fue residencia de los Duques de Alba.
• Ermita de la virgen de Otero.
• Puente del río Tormes: de origen medieval, fue construido sobre un puente de la época romana.
• Iglesia Madres Benedictinas
• Colegio – Seminario San Jerónimo.
• Iglesia de Santiago, de estilo románico-mudéjar.
• Iglesia de San Juan de la Cruz
• Iglesia de San Juan, de estilo románico-mudéjar.
• Iglesia de San Pedro
• Colegio Santa Isabel

Pese a la gran cantidad de iglesias y ermitas, en un día se puede ver lo más destacado de la villa. Mi recomendación es pasear libremente, y disfrutar de las sorpresas que pueden surgir ante nosotros a casa paso. Lo mejor para mí son las vistas del río Tormes a su paso por el puente medieval, y las vistas que se tienen desde lo alto de la torre del homenaje del castillo.

Hoteles en Alba de Tormes

Hostal Don Fadrique

Bares en Alba de Tormes

La taberna de Toñi

 

Publicado por: Atenea y Bisho

Hostal Don Fadrique, Alba de Tormes

Lo conocimos por una oferta de internet en la que, por lo que costaba normalmente una noche, incluían además una cena en el propio hotel, una copa de Kir Royal y una ruta turística por Alba de Tormes. La cosa prometía.

Es importante aclarar que el hotel está apartado de la población, a un par de kilómetros, por lo que es necesario coger el coche o bien darse un largo paseo de un sitio a otro.

Nada más llegar nos llevamos el primer chasco, al ver que nadie nos recibía. Estuvimos un buen rato esperando y tocando la campanita, hasta que finalmente vino uno de los cocineros a darnos la bienvenida y a entregarnos la llave de la habitación.

Hay que destacar que el hotel es de tipo rural, sin ascensores, con mobiliario antiguo, y en nuestro caso con vistas a una pequeña granja anexa. Por desgracia nos tocó una habitación abuhardillada, por lo que la ya de por sí pequeña habitación, se quedó en casi nada. En el baño había humedades, y en la televisión apenas se veían canales.

Por la noche se puso a llover, y aparte de que en las escaleras de subida a las habitación se formó una impresionante gotera, el ruido del agua al golpear con nuestro tejado hizo difícil conciliar el sueño. Avisamos de la gotera al personal del hotel, y tomaron nota, pero no hicieron nada.

En cuanto a la ruta turística, otro desastre. Fuimos al punto acordado a la hora acordada, y allí no había nadie. Nos recorrimos Alba por nuestra cuenta, y de casualidad nos terminamos encontrando con una de las guías. Le contamos lo ocurrido y nos re-enganchamos con su grupo para terminar de hacer la visita. Por cierto, aunque la guía estuviera incluida, nos cobraron 3 euros por subir a la torre del homenaje, aunque debo decir que merecieron la pena.

Un mundo aparte fue por la noche, cuando acudimos al restaurante del hotel para degustar la cena. Lo único malo es que la oferta era menú único, y si no te gustaba alguno de los platos estabas listo, pero en mi caso debo decir que me lo comí todo, y estaba bastante bueno. Algunas de las mesas, que no formaban parte de la oferta, estaban pidiendo platos por su cuenta y la verdad es que tenían una pinta increíble. Además el restaurante era lujoso y elegante, de un estilo moderno que nada tiene que ver con el hotel anexo.

A la mañana siguiente tocó el desayuno de despedida, y aunque lo hicimos en el mismo salón que la cena, nada tuvo que ver. De nuevo nadie nos atendía, y nos tocó esperar durante un buen rato, a pesar de que nos encontrábamos dentro del horario de desayuno, hasta que finalmente un anciano, bastante amable pero poco indicado para la tarea, nos sirvió el desayuno que puso punto y final a nuestra estancia.

En resumen: Alba de Tormes muy bien, el restaurante del hotel bien, y el hotel Don Fadrique un desastre.

Publicado por: Atenea y Bisho

Taberna de Toñi, Alba de Tormes

Salimos con la intención de hacer una ruta de tapas por el pueblo, probando las especialidades de cada bar, y la verdad es que no pasamos del primero. Estaba tan bueno lo que pedimos para empezar, y tenía tan buena pinta lo que tenían en la carta, que allí nos quedamos.

Por poner una pega, la variedad de tapas era un poco limitada, por lo que a la larga, de haber pasado algunos días más por allí, habríamos tenido que probar otras opciones.

El trato del personal fue cercano y muy amable. Y el precio baratísimo, nos quedamos sorprendidos (para bien) cuando pedimos la cuenta.